Pensamientos de una regia
Hola a todos.
Antes que nada quiero agradecer a tantísima gente que me escribio al correo o en los comentarios preguntando como sigo respecto a la mordida del perro.
Creo que no había sido muy específica anteriormente así que este post lo dedidico al tema.
Pues bien. Era un lunes 26 de Diciembre del año de gracias de 2005. Eran las 4:15 de la tarde aproximadamente. El clima era de los más agradable y esta servidora había decidido camir unas cuantas cuadras después de haber ido a entregar un trabajo.
Tenía el resto de la tarde libre y acababa de recibir un pago. Así que decidí pedirle a una amiga que me acompañara al centro o a algún lugar para pasearnos un ratito. Como siempre, había olvidado mi celular en casa, asi que estaba buscando una cabina teléfonica.
En una esquina vi una tienda, entré y pregunté si tenían tarjetas para el teléfono público. Si tenían. ´La compré y pregunté si ahí mismo había uno en servicio. Me contestaron que no. Así que de nuevo les pregunté si había uno cerca y me dijeron que a unas 5 cuadras de ahí.
Después de agradecer la venta y la información, salí de la tienda, y di vuelta a la izquierda por la misma acera. Desafortunadamente, uno de mis enemigos acérrimos de toda la vida, el sol, pegaba muy fuerte contra la acera en la que yo iba caminando. Así que decidí cruzar la calle.
Mis pocos lectores saben que tengo 2 niños, mis gatitos y, convivo mucho con ellos, incluso duermen, no sólo conmigo sino arriba de mí. Por ende, tengo muy mala suerte de que los perritos, los cuales adoro, me ladren y sean agresivos conmigo.
Pues bien, al cruzar la calle, hacia la acera sombreada, afuera de una casa, había un perrito negro. Era un perrito, que aqui les decimos "mole" ( No diré la razón ), es decir, que está tan cruzado que no se distingue su raza. Su tamaño era mediano, ni tan pequeño como un french o chihuaheño, ni grande como un pastor alemán.
Cuando casi subo la banqueta ( acera) el perrito me estorba, asi que me detengo, él retrocede un poco y yo,también le doy un poco la vuelta y pasé de largo. Caminé unos 4 o 5 pasos, no más, y sentí una especie de estrujón en la parte posterior de mi pierna. Seré honesta, sí me dolió pero no mucho, ya que estoy acostumbrada al dolor físico intenso con mi entrenamiento. Así que, no hice mucho escandalo ni grité fuerte.
Después de sentir su impacto, volteé la cara y vi que era el perrito que yo había dejado un par de metros atrás. Lo miré y me empezó a ladrar, al ver que yo no me movía, el perrillo corrió hacia atrás. Me di la vuelta y seguí caminando. caminé unos 10 pasos mas y un par de señores que se encontraban en el arrollo de la calle, al parecer vieron lo sucedido y uno de ellos me preguntó:
" ¿ La mordió el perro señorita ? "
A lo cual contesté: "No, pero si me atacó."
La mordida había sido arribita de lo que en mi región llamamos "las corbas", es decir, atrás de las rodillas. En sí fue ya en el muslo posterior, en su parte más baja. como estaban ahi los señores, preferí alejarme. A unas dos cuadras, me miré y vi que traía sangre. Busqué en mi bolsa un kleenex y me limpié lo mejor que pude. Tomé un taxi y decidí irme a casa, aún sabiendo que por la hora, no habría nadie aquí.
Al llegar a casa, lo primero que hice, fue lavarme con algodón y mucho alcohol. Después me puse merthiolate, después recordé que un amigo médico me dijo que el virus de la rabia es muy sensible al jabón detergente fuerte, asi que, corté un pedazo de tela nueva y me lave la parte, tanto con detergente para la ropa, como detergente para los trastes. Después de eso, y para evitar broncas, salí al patio y empapé la tela con cloro. Entonces me ardió un poco más. Luego regresé a mi recámara y de nuevo me lavé con más alcohol y merthiolate. Para finalizar, me aplique polvos de Sulfatiazol.
Luego, aprovechando que estaba en casa a una hora poco usual y había bastante sol y no soy muy afecta a secar la ropa en secadora , me puse a lavar una ropa que tenía y a cocer frijoles. :o) (Nunca me ha gustado perder el tiempo)
Entonces se me vinieron muchas cosas a la cabeza, entre otras, quitarme el vestido y ponerme un pantalón para que no se me viera la mordida. Luego pensé que, a mi familia le iba a extrañar verme en pantalón... No se me ocurría ningún motivo. Decidi ponerme un pantalón y si me preguntaban decirles que me habían dado ganas y ya.
Otra cosa que pensé... El virus de la rabia se incuba en seis días, exactamente de aqui al primero de Enero y sus síntomas se empiezan a manifestar en 3 días.
"Ni modo". "Quizá no me toque ver el 2006"
Este último pensamiento es el que más influenció en mi actitud del 31 de Dic/1 de Enero que en su momento narré. Llego un momento que pensé que no vería el año en que estamos ahora. Cabe mencionar que los siguientes días, seguí con el mismo procedimiento de limpieza: Alcohol, merthiolate, detergente para lavar ropa, detergente para trastes, cloro y sulfatiazol.
Después por sugerencias e insistencias fui a ver un médico pero las inyecciones que me puso, no fueron en la panza sino donde la espalda cambia de nombre.
Hoy en día, la mordida es una mancha de costra roja como circular, cada vez de menor tamaño. Me daba pereza vérmela porque tenía que levantar la pierna casi hasta poner el pie atras de la nuca o en el espejo, pero si se notaban los dientes del perro que me habían desgarardo la carne, de hecho, los primeros días sentí la carne viva.
Al día siguiente del hecho, katy, una amiga, con la ingenuidad que la caracteriza, me dijo:
"Ves? eso te pasa por usar vestidos tan rabones (cortos)"
"Eso no tiene nada que ver, los dientes hubieran atravesado hasta un pantalón de mezclilla gruesa." Le respondí.
Varias personas, incluyendo mi mamá y hermanas, quieren que revele donde vive el perrito que me mordió ( Por cierto, olvidé decir que cuando los señores que me preguntaron si que había mordido el perro, vi que una señora salió de una casa y metió al perrito.).
No, no les diré. En esta ciudad, si un perro ataca a una persona, lo matan las autoridades. Si una o muchas personas atacan a un perro, sólo por maldad, para divertirse, según ellos, a esas personas no las matan desafortunadamente.
Siempre lo he pensado y dicho. Vale más un perro que un ser humano, incluyéndome. Jamás he sido traicionada por un perro, ni un perro ha hablado mal de mí, ni un perro me ha desilusionado.
Si la me muerte llegara a causa de un perro, BIENVENIDA.
Feliz fin de semana a todos :o)