Sábado 15 de Abril, 2006. Reflexiones.

Pensamientos de una regia

Hola a todos.

La Semana Santa del año pasado, ya tenía este blog pero no lo había hecho público. Fue hasta el siete de Mayo que lo abrí publicamente. Así que nadie que no me conozca a fondo sabrá que los Viernes Santos, los utilizo más que nada para meditar y agradecer. Jamás me reviento ni bebo ni tengo sexo ni hago nada que me haga sentir mal.

El año pasado estuve esos días en la casa de campo de los papás de una amiga. Si mal no recuerdo, escribí en mi blog, todos los días Santos. Lo que sí recuerdo muy bien fue el Viernes Santo.

Toda esta semana, preferí quedarme en casa. Sí, vi todos los días a mi novio, incluso ayer, sí, sería muy hipócrita si lo oculto. Es decir mis 2 o 3 lectores, no se enterarían pero sería falsa con ellos y conmigo misma.

Preferí que este año fuera así.

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Lo único negativo de ello, era no tener la privacidad que , por ejemplo tuve el año pasado, de nuevo el link aquí.

Así que ayer, estando en casa, en mi casa, mi novio y teniendo la visita de mi amiga Laura y mis primas Tere y Glenda, estando todos platicando muy a gusto y tranquilos, poco antes de las 3 de la tarde, me subí al techo de mi casa.

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Lo hice para tener un minuto de reflexión y de agradecimiento. o más bien unos cuantos minutos, no más de 15 o 20. Mientras meditaba, me llegaron a la mente varias ideas, algunas de las cuales me entristecieron y otras me llenaron de regocijo.

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Le agradecí al Maestro por su Vida, su Sangre y su Dolor... Su descomunal Dolor. Me dio tristeza pero, antes de que se convirtiera en profunda, me llegó la alegre idea que se hizo su Voluntad. Eso me llenó de regocijo. Una alegría profunda que me embriagó por un instante. La historia fue así porque así lo quiso.

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También me vino a la cabeza la idea de que en ese momento tanta gente estaba en algún lugar del mundo, embrutecida, embriagada, idiotizada, bestialmente erotizada o sexualizada... Decayendo y envileciéndose. Y... eso me entristeció.

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Después pensé que, si la gente tenía el libre albedrío y la posibilidad de hacer lo anterior, era porque Él lo permitía y que por algo se había inmolado por nosotros. Que Él sabía que somos débiles ante la carne y los vicios. Incluso, porqué no, que Él veía bien que sus pequeños (Todos nosotros) se solazaran y retozaran como niños ante los Ojos Benevolentes y la Bendición del Padre.

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Somos débiles, somos de carne y no somos santos.

Cuando menos el Viernes Santo, me acuerdo de decir: "Gracias".

Feliz fin de Semana Santa para todos :)